Todos los países, y más quienes tenemos en nuestras manos la oportunidad de guiar jóvenes por nuevos caminos, incluido el ciberespacio, debemos preocuparnos también por trazar y guiarles hacia sendas seguras. No permitamos que los caminos abiertos por nosotros mismos, bien pudiendo ser utilizados para la comunicación, lo sean también para guarida de actos delictivos.
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